| ¿Es la custodia compartida preferente una garantía para evitar las sustracciones de menores? | ||
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José Luis Sariego Morillo,  
Abogado de Familia 
            Recientemente, fomentado por, en mi opinión, poco aconsejables y desinformadores  programas
 de televisión, hemos presenciado a adultos luchando por sus hijos ante 
tribunales, en los que uno de ellos sustrae a los hijos de un país a 
otro, a fin de lograr el alejamiento de los niños de una de sus figuras 
parentales. 
            En
 España es muy frecuente que, hasta que un Juzgado no toma una decisión,
 sea en medidas provisionales u otras, un progenitor toma como rehén a 
los hijos (en un 95% son las mamas quien hacen esto), y los usa no ya 
como moneda de intercambio, sino incluso se llega a usar a los hijos 
como arma contra el otro progenitor con eso de “papa nos ha abandonado”,
 o” no quiere saber nada de ti”, o “no te quiere” o aquello de “es que 
papá, es un maltratador”. 
El
 menor, lógicamente, si la persona en la que mas confía en ese momento 
le dice algo así, lo creerá a pies juntillas, como cuando les decimos el
 5 de enero que se acuesten pronto, porque vienen los Reyes Magos de 
Oriente. 
El
 progenitor alejado de su hijo, no puede hacer nada para evitar esto, 
sino esperar que en varios meses que dura un proceso de medidas 
provisionales en este país, le “den un derecho de visitas de su hijo que
 fue sustraído por el otro progenitor”  
Luego
 nos encontramos con el método acientífico de los regímenes de contacto 
padre-hijo progresivo, ya que el niño secuestrado por su madre en la 
mayoría de los casos, lleva meses sin ver a su papa, y se ha convertido 
en un extraño. Incomprensible, máxime cuando la inmensa mayoría de los 
estudios que hay sobre ello nos dicen que hay que alejar al progenitor 
que sustrae, del menor, y supervisar sus visitas. 
He
 llegado a conocer a niños sustraídos por sus mamas durante casi un año,
 que creían que su padre se había muerto, porque así se lo habían dicho.
 Esto es muy cruel. 
            No
 llego a comprender que un tribunal o un juez otorgue la custodia y 
responsabilidad de criar a un menor a estos progenitores que usan la 
fuerza y la violencia emocional que significa la sustracción de un niño,
 bajo un modelo basado en la mentira y la manipulación de la mente de un
 menor, y menos aun de alguien que trata el menor como una mercancía o 
herramienta de negociación en un proceso de ruptura sentimental. 
            Los
 jueces, en la mayoría de estos casos, en mi opinión, olvidan los 
derechos de estos niños, y nunca evalúan lo perjudicial que es para un 
niño que se le haya obligado sin fundamento alguno,  a
 ser sustraído del cariño de uno de sus progenitores, de toda la familia
 extensa del progenitor alejado y de todo su entrono medioambiental 
(amigos, lugares conocidos, profesores, etc,). 
            ¿Por qué no aplican los jueces los principios del derecho establecidos en los artículos 6 y 7 del Código Civil en estos casos? 
            ¿Por qué los Juzgados rechazan como delito la sustracción de un menor por parte de uno de sus progenitores con respecto al otro?     
Ya
 hace varios años, el presidente del Consejo General del Poder Judicial 
había constatado el crecimiento "alarmante" del secuestro de menores 
que, en la mayor parte de los casos se producen durante procesos de 
separación de los progenitores. Nos decía en 2010 que "La
 mayoría de los casos se produce durante los procesos de separación de 
los progenitores, o cuando se patentiza una situación de crisis previa a
 la separación o divorcio, en esos supuestos, el secuestrador tratará de obtener una decisión judicial favorable que legitime esa sustracción, provocando conflictos de competencia judicial internacional para lograr la custodia del menor".  
Está claro que  tenemos instrumentos internacionales para resolver este tipo de conflictos tales como el Convenio de la Haya  de
 1980 o el Convenio Bruselas II, pero en nuestro país no existe ni un 
solo instrumento eficaz para evitar estos secuestros “intranacionales”, y
 los que existen (por ejemplo: art. 158,4 Código Civil  o art. 225,bis del Código Penal) no son aplicados por los Juzgados. 
Por
 ello acudo al Derecho comparado y encuentro que en países en los que 
llevan mas de 20 años sufriendo este tipo de fenómeno de la sustracción 
intra e internacional  de menores
 en procesos de divorcio, hace tiempo que tienen herramientas jurídicas 
muy eficaces para combatir esta nueva forma de maltrato infantil que es 
el secuestro parental, reconocida como tal, por los organismos 
internacionales relacionados con los derechos de la infancia y por los 
Tribunales Internacionales. 
En
 mi opinión, la solución que ha resultado más eficaz es el modelo que 
sigue el Estado de Ohio en los EEUU de América (Código de Ohio; 
Secciones 3105.21, 3109.03, 3109.04 y 3109.051) en que se valora como no
 idóneo para cuidar a un menor aquel progenitor que haya sustraído al 
menor del contacto con el otro progenitor y su entorno habitual. 
En
 los Estados Unidos existe la Ley de Jurisdicción y Cumplimiento de 
Custodia Infantil Uniforme (UCCJEA) de la Conferencia Nacional de 
Comisionados sobre Leyes Estatales Uniformes de 1997, la cual ha 
intentado unificar los criterios en estos casos de sustracción de 
menores, al igual que el Convenio Bruselas II ha hecho en Europa. Ambas 
regulaciones siguen los pasos del Convenio de la Haya de 1980, pero no 
terminan de dar respuesta eficaz a este tipo de problemas.  
En
 otros países de la UE, el progenitor que aleja a sus hijos del otro 
progenitor y su entorno natural donde residía antes de la ruptura de 
hecho de la pareja sin autorización judicial es considerado/a una 
persona delincuente de secuestro. En España, esto no es así, 
habitualmente.  
En
 nuestra opinión, no habría que legislar tanto para castigar este tipo 
de actuaciones, sino que los legisladores deberían y podrían establecer 
leyes de carácter preventivo para evitar este tipo de situaciones, ya 
que las opciones penales y/o castigo al infractor/a, no evitan los 
perjuicios al menor de la sustracción. 
Así
 una solución, que esta funcionado muy bien como medida preventiva en 
algunos tribunales de nuestro entorno europeo, es aquella que establece 
que quien sustrae a un hijo del contacto del otro progenitor, es 
considerado de inmediato como no idóneo para ostentar la custodia legal,
 y se establecen medidas de carácter preventivo de inmediato.  
Con
 este tipo de medida preventiva, y una eficaz campaña educativa e 
institucional de que esto es así, muchos progenitores se pensarían muy 
mucho cometer un secuestro intra o internacional de sus hijos, ya que 
hacer ello, conllevaría la pérdida automática de la patria potestad. Así
 se lo hemos llegar a algunos de nuestros legisladores, en esta época en
 la que se estudia cambiar el código civil.  
Serían
 necesarias otras reformas de tipo administrativo tales como prohibir el
 cambio de empadronamiento o cambio de colegio y/o medico sin 
autorización expresa de ambos progenitores o de autorización judicial. 
Incluso introducir un modelo de solicitud (modelo oficial normalizado) 
de medidas preventivas disponibles en Fiscalías o comisarías de policía,
 para que éstas actuaran de oficio impidiendo por ejemplo la emisión de 
pasaportes, o dar aviso para que el menor no pueda salir del país de 
forma cautelar.   
            Por
 último, la solución mas idónea para evitar este tipo de situaciones tan
 dañinas para los menores, sería la de establecer la custodia compartida
 obligatoria de los niños en cualquier caso (salvo casos excepcionales 
graves) ya que cada ciudadano y/o ciudadana con hijos, sabrá de antemano
 que existe esta figura legal como derecho del menor, y ésta figura 
garantizaría que son los padres quienes deberán, en todo caso, cumplir a
 priori que el menor no es cambiado de su entorno y medioambiente, donde
 vivían antes con sus padres y con demás personas (abuelos y demás 
familiares) que les querían. 
            Si
 un progenitor decide unilateralmente sustraer al menor de este derecho a
 conservar su medioambiente familiar, sabrá de antemano que será 
despojado de la patria potestad del menor, por hacer uso de la violencia
 que significa toda sustracción de un menor, y no podrán alegar 
desconocimiento de la norma. 
            En
 todo caso, actualmente sólo existen, en mi opinión dos recursos legales
 para evitar todo esto, y es acudir de inmediato si abogado siquiera al 
Juzgado más cercano para pedir medidas cautelares del 158,4 del Código 
Civil, o una vez ocurrida la sustracción del hogar familiar del menor, 
acudir a denunciar ante la policía por el art. 225,bis del C. Penal.   | 
Derecho de Familia Gestión y mediación de conflictos familiares Defensa de la custodia compartida Defensa de la presunción de inocencia email: sariegoabogados@gmail.com Twitter: @joseluissariego
miércoles, 22 de enero de 2014
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