| A propósito de los peligros de la custodia compartida en menores de 6 años. | ||
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 (Diez años de la Ley de 4 de Marzo de 2002 de reforma del Code Civile sobre los tiempos de convivencia alterna en Francia) 
“A los miles de niños que sufren en España el alejamiento de uno de sus progenitores” 
José Luis Sariego Morillo 
Abogado 
Como
 consecuencia de mi participación en la elaboración de un libro en 
Francia, que va a ser publicado para celebrar los diez años de la ley de
 custodia alterna y compartida en Francia, decidí sacar a colación las 
distintas discusiones con psicólogos e incluso con juristas metidos a 
psicólogo, jueces y fiscales incluidos, que nos vienen a decir que la 
custodia compartida o alterna con los niños y niñas menores de seis años
 no es buena para ellos, porque lo dicen los estudios que hay sobre 
ello. 
Muchas de estas personas tienen razón en una sola cosa, y es que existe un único estudio realizado en el año 1999 y
 luego reproducido en 2003 en Francia, al que se le dio una publicidad 
institucional inusitada, mientras que el resto de estudios (más de cien)
 que aconsejan la custodia compartida de los hijos tras el divorcio, no 
tuvieron una publicidad institucionalizada tan alta. 
Aquel
 estudio fue elaborado ex profeso, por personas que ideológicamente se 
oponían a la custodia alterna o compartida de los hijos tras el 
divorcio, salvo que ambos progenitores estuvieran de acuerdo. Se llegó a
 descubrir mas tarde, que estas personas llegaron a cobrar dinero a 
priori del estudio para que produjera determinados resultados ad hoc. 
Esto es, fueron antes las conclusiones (custodia compartida como algo 
negativo) que la recogida y el estudio de los datos. 
Me
 refiero al tan denostado en Europa estudio de Solomon y Jorge (1999), 
pero muy pocas personas, sobre todo profesionales del derecho lo han 
llegado a leer, sino que tan solo han escuchado hablar de sus 
conclusiones, sin conocer el contenido del mismo. 
Como quiera que hoy en nuestro país, a propósito de las leyes que se están elaborando a  favor
 del establecimiento de la custodia compartida, se alzan voces de 
presidentas de asociaciones de mujeres y de unas 16 personas únicamente 
(según última manifestación realizada en Madrid en enero de 2012)  en
 contra de la CC de forma preferente en casos de divorcio, es lo que me 
ha hecho estudiar de forma algo mas profunda el famoso estudio en el que
 se basan estas pocas y vulgares, (vulgar es según la RAE aquello que es
 impropio de personas cultas o educadas) pero no por ello, ruidosas 
voces.  
Pues
 bien, recientemente, en la revista de psicología de la Asociación 
Canadiense sobre la Salud, el Profesor de la Universidad de Grénoble, 
Gérard Poussin ha publicado el entramado de aquel estudio de Solomon y 
Jorge, planteándose simplemente una pregunta ¿por qué se dan 
conclusiones tan nefastas en el estudio de Solomon en comparación a los 
cientos de estudios que dicen lo contrario? 
Y
 no deja de sorprenderme los datos del estudio de Solomon y Jorge, los 
cuales ni siquiera han podido ser avalados científicamente para ser 
publicados en una revista especializada, debido a la falta de rigor 
científico del mismo. Ni un solo “referee” 
jurídico-psicológico-científico ha dado el visto bueno a su publicación,
 y de hecho es difícil encontrar referencias de este estudio en 
publicaciones serias. Los artículos que se publican en Europa desde los 
años 90 en contra de la custodia compartida preferente, lo hacen sobre 
la base del estudio de Solomon y Jorge, pero sólo añaden opiniones, pero
 ni un solo datos o estudio científico. 
Así,
 en aquel famoso estudio de 1999 realizado como oposición a la ley 
francesa de marzo de 2002, se encontraron los siguientes fallos: 
1.- Los niños estudiados, la inmensa mayoría no habían visto a su padre nunca. (68%) 
2.- la otra parte de niños que si conocían a sus papás, hacían meses, incluso años que no los veían, por distintos motivos, pero sobre todo por sustracción, alejamiento o alienación de las madres.  
3.-Estos
 niños fueron estudiados al tener los primeros contactos con el papá 
(extraños para los niños). Tampoco se hizo un seguimiento de este 
estudio a lo largo de varios meses o años, como suele hacerse en los 
estudios mas serios. 
En
 estas tres premisas están basadas el estudio de Solomon y Jorge de 
1999, que mas tarde ha dado lugar a que se recoja en muchos artículos de
 opinión (ninguno científico) y se ha trasladado al imaginario social, 
basándose sólo en la conclusión de que los niños sufrían mucho con la 
custodia compartida con sus papás porque eran muy pequeños, ocultándose a
 propósito las premisas en las que se había hecho el estudio. 
Por
 ello, cuando se van a cumplir diez años de la ley francesa de custodia 
alterna, y cuando parece que en España está mas cerca que nunca una 
regulación mas humanizada y protectora de los derechos de niños y niñas 
cuyos progenitores se separan, hay voces que se levantan con el puño en 
alto, con artículos y páginas webs basados en aquel estudio, rechazando,
 sin fundamento alguno científico la figura de la custodia compartida o 
alterna. 
De
 ahí este pequeño artículo para que nos haga reflexionar a los 
operadores jurídicos y podamos tener algo mas de información, que no 
desinformación, de la que se ha tenido hasta ahora. 
Nosotros
 ya hicimos nuestro propio estudio longitudinal sobre una muestra de 378
 familias sobre custodia compartida en 2008 (acceso libre en 
www.lexfamily.es/revista.php), que fue publicado en Lex Family en el que
 quedó patente, que tras haber pasado tres años desde que niños y niñas 
vivían en custodia compartida, los niños y niñas eran mas felices que 
los que vivían bajo la figura de la custodia monoparental y al mismo nos
 remitimos.  
Como afirma el Profesor Poussin et al. (2005), no es razonable este debate sobre lo perjudicial de la Custodia Compartida. 
En
 otros estudios posteriores a la ley francesa y a propósito de la misma,
 como los estudios de Waters et al. (2000) hizo un estudio longitudinal 
durante veinte años, en cuyas conclusiones se podían apreciar que los 
menores que habían vivido bajo la custodia compartida eran mejores 
adultos y tenían mejor socialización que los menores que habían vivido 
en custodia exclusiva de sus madres. Se llegó a la conclusión que la 
falta del afecto o apego inicial con respecto a un progenitor al 
comienzo de la vida en custodia compartida, no tenía ninguna repercusión
 en la vida de los menores, ya que al poco tiempo estos apegos se 
creaban y daban seguridad a los menores, precisamente por la puesta en 
práctica de la custodia alterna.  
En
 2004, el estudio de Pruett et al. (2004) sobre niños tenían edad 
totalmente de 0 a 6 años de 137 familias y en que todos los padres salvo
 tres habían vivido juntos con niño antes del divorcio, llegaron a las 
siguientes conclusiones: 
“En
 principio, las variables independientes (o "invocadas") eran la 
relación padres e hijos, los conflictos familiares y la observación de 
las familias que seguía criterios precisos y organizados a priori 
(número de noches pasadas en casa del padre y la madre, número de 
personas que se ocupaba del niño, los procedimientos puestos en 
ejecución por cada uno de los progenitores, etc.). 
Las
 variables dependientes (o "evocadas") eran el CBCL para los niños de 
más de dos años y la escala de Aschenbach para menos de dos años. Se 
trata de escalas que miden diferentes tipos de manifestaciones 
psicológicas en casa del niño. Fueron cumplidas por ambos progenitores, 
en todos los casos estudiados”. 
El
 resultado de este estudio, nos dice que el hecho de compartir el dormir
 en casa de un progenitor y otro de forma normalizada y equilibrada, 
tiende más bien a hacer disminuir las manifestaciones de problemas 
psicológicos en los niños. 
Así
 las madres al igual que los padres, valoraron de igual forma y en 
positivo, la mejora en la socialización de los niños, como consecuencia 
directa de dormir el niño en casa de su padre al igual que en casa de su
 madre. 
Las madres, incluso llegaron a  valorar
 la existencia de menos problemas cognitivos y menos problemas de 
atención cuando el niño pasaba ciertas noches en casa de su padre. 
Cuando estos contactos o el hecho de dejar de dormir en casa de los 
padres, las madres observaron que se agravaban los problemas 
conductuales y tenía efectos negativos de manera significativa en cuanto
 a los comportamientos agresivos del niño, la falta de socialización y 
los problemas de atención educativa. 
Pero
 el dato más significativo a nuestro parecer de este estudio y presente 
en otros muchos, es que la existencia de conflictos entre los dos 
progenitores son al principio muy problemáticos, sobre todo porque hay 
niños en los que se ha suscitando o provocado problemas de tipo 
somáticos según las madres (problemas de salud inexistentes) y problemas
 de ansiedad, y de aparición de conductas destructoras o agresoras, 
según los padres. 
En
 todo caso, a qué conclusiones podemos llegar frente a la existencia de 
estudios contradictorios sobre la bondad o falta de ella, de la custodia
 alterna de los niños menores de 6 años. 
Pues
 debo decir, que en todo el tiempo que llevo como abogado de familia, he
 observado que los detractores de la custodia compartida o alterna de 
los niños, sobre todo en los menores de 6 años, aplican o buscan 
explicaciones de estudios que no hablan de la residencia alterna, sino 
de la corresponsabilidad parental, sobre todo cuando existen diferencias
 educativas entre padres y madres o, un alto grado de conflicto entre 
estos. 
Lo
 que sí es importante es que “uno de cada cien estudios” sobre la 
custodia compartida que se han publicado, dan como resultado que la 
custodia alterna o compartida de los hijos tras el divorcio, es maligna 
para el desarrollo de niños y niñas. Pero lo que llama especialmente la 
atención es que ésos “uno de cada cien estudios”, apenas cuenta con 
muestras significativas o se ocultan (¿a propósito?) las variables que 
son objeto de estudio., además que apenas estudian las consecuencias de 
la residencia alterna de los hijos en casa de ambos progenitores, a 
medio y largo plazo. 
Eso
 es lo que me hace pensar que simplemente quienes fomentan este tipo de 
supuestos estudios contra la custodia compartida, tienen mas que una 
base científica, una base ideológica que sigue manteniendo que las 
mujeres, en cuanto madres, para lo que sirven, es para cuidar de los 
hijos.  
Siguiendo
 a Bronchal, estoy de acuerdo que es curioso el dato, que algunos 
estudios que dan como resultado a priori, lo negativo de la custodia 
compartida, están fomentados y financiados unos, desde instituciones 
eclesiásticas defensoras de la familia tradicional y otros, desde las 
instituciones feministas radicales de izquierda, que parten de la base 
que la familia es el primer lugar donde la mujer es oprimida. 
No acabo de comprender que unos y otras estén de acuerdo en todo esto.  
 Ya
 el Profesor Poussin, que lleva mas de veinte años de estudios y 
dedicación, ha publicado recientemente un artículo en el que afirma, que
 es casi imposible encontrar un estudio con rigor que haya podido 
estudiar varios casos de menores de seis años con custodia alterna, 
debido a la escasez de divorcios de parejas con hijos de esa edad, y en 
los casos encontrados, hay muy pocos casos de custodia alterna de los 
menores.  
Cuando,
 en nuestro país, se legalizó la adopción de menores por parte de 
parejas homosexuales, los estudios que se usaron, se basaron en datos 
recogidos a menos de diez familias, y las conclusiones fueron que era 
bueno y positivo para niños y niñas ser adoptados por parejas 
homosexuales. Igual rigor científico que se aplicó a estos casos, se 
aplica actualmente al rechazo  a 
la custodia alterna de los hijos tras el divorcio. Ósea, ningún rigor 
científico. Ya me dirán los lectores. Apenas 10 familias. 
Pero más fácil que todo esto, es aplicar el sentido común a todo este debate: 
Si
 llevamos en nuestro país y en todo occidente años estudiando a cientos 
de miles de niños y niñas que duermen fin de semana si, fin de semana 
no, en casa de sus papás, y ninguno de estos estudios ha concluido que 
esto sea malo para los menores, está claro que no necesitamos ningún 
otro estudio. Si ello fuera tan nocivo para los niños, ya tendríamos 
desde hace años, numerosos ejemplos de esta nocividad. Pues no existe ni
 un solo estudio que diga que esto es nocivo para los menores. 
Es
 más, en nuestro país es tal la muestra de ideología machista y 
patriarcal que hay en el derecho de familia y en la mayoría de sus 
operadores jurídicos y psicosociales, que no deja de sorprenderme el 
hecho de que a diario 87 casos de cada 100 se otorgue la custodia 
exclusiva de los hijos a la madre, por ser la más adecuada y preparada 
(se supone que los papás no son adecuados)  y
 sin embargo a los papás se les considere adecuados y preparados la 
mitad de las vacaciones o fines de semana alternos. Si no son adecuados 
para ostentar la custodia compartida, tampoco lo serán para tener 
visitas. ¿o no?. Pues, van los Juzgados y dejan la mitad de vacaciones y
 fines de semana alternos como mínimo, en manos de personas 
irresponsables (los papás casi siempre) a los niños. Inexplicable, y 
menos aún, entendible.   
Sostiene
 el profesor Poussin y estoy de acuerdo con él, que la inmensa mayoría 
de los estudios que hemos podido encontrar contra la custodia alterna o 
compartida, en realidad, enmascaran la realidad de dichas familias: 
separación conflictiva de los progenitores, lucha por la casa, el 
dinero, venganza, etc. En la mayoría de estos estudios aparece un dato 
muy significativo, y es el rechazo de un menor hacia una de sus figuras 
parentales, en especial hacia sus papás. Y lo que es peor, se alega este
 hecho, como excusa “científica” para rechazar la custodia alterna o 
compartida. 
El
 mundo de la psicología y psiquiatría clínica está plagado de nuevos 
pacientes con un perfil común, a saber: personas que en su infancia 
hicieron frente a una separación cruel y conflictiva de sus 
progenitores, y especialmente, personas que fueron alejadas de uno de 
sus progenitores hasta que llegados a la adultez, ven que aquello les 
afecta en su vida como adultos, ora por haber descubierto que aquel 
rechazo fue incitado a través de la trasmisión de falsa memoria 
(Bronchal, 2007), o simplemente aquellas personas que fueron tan 
persuadidas de niños, que no terminan de aceptar que deben suprimir de 
su memoria y sus afectos, a uno de sus progenitores. 
Como
 nos recuerda el Profesor Poussin, ¿Qué hacemos también en todas estas 
situaciones donde el progenitor que goza de la residencia principal 
acosa al niño de una manera múltiple a la vuelta a casa de las visitas 
con el otro progenitor? 
O
 por ejemplo, qué hacemos en esos casos, cada vez mas en boga, en el que
 los niños que son desvestidos para verificar la existencia de un 
eventual maltrato o interrogados de manera inquisitorial, incluso a 
nivel de su sexualidad. Estos niños que siempre están "enfermos" según 
certificados médicos de complacencia precisamente en vísperas de un 
derecho de visita del otro progenitor. 
Qué
 hacer con esos niños y niñas que repiten frases adultas totalmente 
hechas y mal explicadas, que se ve a la legua que no son suyas, pero que
 no dejan de repetirlas. Niños y niñas, que muestran miedo a decir que 
quieren estar con su padre (en un 92% de los casos) porque se les ha 
dicho que si manifiestan eso, su padre, su madre o ellos mismos pueden 
ir a la cárcel y otras cosas de peor estilo. 
Qué hacer con los niños “mensaje” de uno y otro lado, con residencia preferentemente materna.  
Todas
 estas cuestiones que me planteo, no se dan casi nunca en los niños y 
niñas que viven en custodia alterna y/o compartida, al menos en los 
estudios que hemos leído, por eso me pregunto: ¿por qué nos quieren 
hacer creer que la custodia alterna o compartida es maligna? 
No
 será acaso que se intenta ocultar la realidad de los verdaderos 
problemas de los divorcios en occidente y con este discurso de rechazar 
la custodia alterna o compartida, se evita hablar de esa realidad. 
Realmente,
 me siento incapaz de ponerme en la piel de estas personas que niegan el
 derecho de niños y niñas a disfrutar de sus progenitores y todos sus 
entornos, tras el divorcio de éstos. 
Referencias bibliográficas 
POUSSIN, G., 2005, Pour une évaluation des effets réels de la résidence alternée, Revue trimestrielle de droit familial, Ed. Larcier, Bruxelles, 1/2005, 9-25. 
PRUETT, M. K., EBLING, R., INSABELLA, G.,
 2004, Critical aspects of parenting plans for young children, 
Interjecting Data Into the Debate About Overnights, Family Court Review,
 42, 1, 39-59. 
SOLOMON, J., George, C.,
 1999, The effects on attachment of overnight visitation in divorced and
 separated families :A longitudinal follow-up, in Solomon, J., George, 
C., eds, Attachment Disorganization, Guilford Press, New York, 135-264. 
WATERS, E., 2000, Attachment security in infancy and early adulthood : A twenty-year longitudinal study, Child Development, 71, 684-689. 
BRONCHAL, J., 2007 Definición del fenómeno de la “falsa memoria” y condiciones que la favorecen. Autoedición. | 
Derecho de Familia Gestión y mediación de conflictos familiares Defensa de la custodia compartida Defensa de la presunción de inocencia email: sariegoabogados@gmail.com Twitter: @joseluissariego
miércoles, 22 de enero de 2014
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