martes, 24 de abril de 2018

Sobre narcisistas y psicópatas

Sobre narcisistas y psicópatas

He encontrado este artículo de hace un par de años, que me ha parecido muy interesante: Asociaciones entre narcisistas y psicópatas. Esto suele ocurrir cuando, entre ellos, encuentran un “frente” común que va en contra de sus intereses. Aunque los intereses de cada uno de estos monstruos (dos acepciones del DRAE: 1. m. Ser que presenta anomalías o desviaciones notables respecto a su especie. 5. m. Persona muy cruel y perversa) no tienen por qué ser coincidentes. Uno de ellos puede estar buscando exclusivamente un beneficio económico o un ánimo de cierta notoriedad perdida y que pudo tener en épocas pasadas; el otro, se guía por la envidia, el odio, terrible complejo de inferioridad (aunque lo enmascare en una supuesta superioridad). A este tipo de asociaciones suelen unirse “las rémoras”. Son las personas que, intuyendo que son seres muy malvados, prefieren estar bajo el paraguas de su protección, a sabiendas de que si se posicionasen en contra, los destruirían.
Estas personas, como he dicho en posts anteriores, no sienten miedo, ni remordimientos, ni culpa por sus actos perversos. En realidad, a diferencia de las personas “normales”, se sienten muy, muy bien haciéndolo (sienten lo mismo haciendo daño que lo que sentimos las personas normales ayudando a quien lo necesita, por ejemplo). Mienten sin pestañear, manipulan, no olvidan, no perdonan, fingen empatía, una empatía superficial (si se rasca un poquito en la psique del monstruo, comprobaremos que son incapaces de sentirla), son extremadamente vengativos y, en definitiva, desalmados. Tienen un “encanto” superficial. Son incapaces de mantener relaciones sanas de amistad o amorosas. Son capaces de permanecer unidos a otras personas en relaciones “amistosas” o “amorosas” (lo pongo entre comillas porque su cerebro no está capacitado para poder sentir amistad o amor por absolutamente NADIE, incluidos los hijos) totalmente fingidas y SIEMPRE con un interés oculto muy específico, pero que no está relacionado ni con el amor ni la amistad. Imitan lo que ven en las personas empáticas, pero son incapaces de sentir lo que dicen.
Cuando se va conociendo a personas de este tipo, una de sus características que nos acabará llamando la atención, es la disociación entre lo que dicen y lo que, en realidad, hacen. A modo de ejemplo diré que, en una relación amorosa con un psicópata o un narcisista (hombre o mujer, da igual), son personas que te dicen abiertamente, incluso en público, cuánto te aman, pero
cuando llega la hora de dar muestras del amor que sienten por ti, los actos van en dirección diametralmente opuesta. Su falta de empatía, su egoísmo y narcisismo se lo impiden. No está configurado su cerebro para ello. Son seres con apariencia humana, pero carecen de las características psicológicas que definen al ser humano. Prestad atención a vuestro entorno (en las redes sociales suelen ser personas que, a primera vista, parecen seres convincentes en sus argumentos, se defienden bien escribiendo, algunos tienen “una cierta relevancia”), pero fallan en el tête à tête cuando hurgas en su psique.
Mi recomendación es que os alejéis de estos seres, una vez los hayáis identificado. Sólo os darán quebraderos de cabeza, os violarán el alma. 
No intentéis hacerles conscientes de su error. 
Os convertiréis automáticamente en sus enemigos y actuarán, en manada, contra vosotros.

Antonia Carrasco. Presidenta de Asociación GENMAD 

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